Por: Jorge Roberto Acosta Gil
Director El Extranews
El papa Benedicto XVI en su encíclica “Caritas in veritate” escrita en 2009, pero añadiéndole un ambicioso proyecto constituyente para llegar a crear un gobierno mundial tomando como punto de referencia el sistema de Naciones Unidas.
El cardenal Peter Kodwo Appiah Thurson ofrece un diagnostico económico e ideológico, sobre las causas de la crisis financiera.
El documento de 16 paginas (encíclica “caritas in veritate”) tiene 10 ideas fundamentales en torno al desarrollo económico sostenible, con énfasis en la responsabilidad de las empresas en el crecimiento equilibrado más ambicioso, que el objetivo único de conseguir resultados económicos, como vía para salir de la crisis actual.
El grupo INFORGES, a través de Inforges Formación y Multimedia, con la colaboración de la fundación Edyde de Murcia, han patrocinado un video con el título 10 ideas fundamentales de la encíclica “caritas in veritate” las cuales se pueden reducir así:
1. Desarrollo sostenible (donde empresas y sociedades se enriquecen a costa de otros).
2. El auténtico desarrollo debe promover a los hombres y a todo hombre, cuando transcurre por esta causa, el desarrollo contribuye al bien común.
3. La globalización ha aumentado nuestras relaciones profesionales con una buena gestión ofrece la posibilidad de redistribuir la riqueza a escala planetaria, pero si se gestiona mal produce pobreza y desigualdad.
4. Si el desarrollo económico se reduce a un interés personal se colapsarán las relaciones mercantiles y se produce un empobrecimiento personal.
5. El fin de una empresa debe ir mas halla al interés de un Gerente, también de completar los objetivos de sus empleados, proveedores y clientes, si no es así no existe un verdadero desarrollo económico.
6. Por el contrario, si la empresa se percibe como una organización en la que se generan bienes y servicios que otras necesitan y si contemplan a todos los actores que en ella intervienen, entonces está integrando dentro de sus fines tanto a los que sirven como a quienes la hacen eficaz.
7. Si los trabajadores se sientes valorados económicamente, si se sienten como parte de la empresa aumentan su implicación y responsabilidad, y la empresa cuando así actúa está contribuyendo al bien común.
8. La economía y el mercado no es un mundo independiente al de las relaciones personales o familiares, en la dirección de una empresa en las relaciones con los empleados y compañeros al tratar con clientes o proveedores las personas también actúan de forma honesta o deshonesta.
9. Si el comportamiento difiere en el ámbito empresarial y personal se acaba desarrollando una falta de unidad psíquica y moral que empobrece al sujeto y el lugar donde se desarrollan las actividades económicas para hacer una selva de interés entre depredadores. la lealtad, la confianza, espíritu de servicio o la generosidad son valores gratuitos que hacen posible el mundo personal pero también el mundo de los negocios.
10. La economía y el mercado necesitan por tanto de unos valores gratuitos, que no figuran en los contratos de las transacciones. Estos valores gratuitos son Responsabilidad, solidaridad y confianza.
Pensemos que si el mercado se rige únicamente por el principio de equivalencia de los bienes no llegara a producir la cohesión social que necesita para su buen funcionamiento. Lo gratuito por tanto es un valor económico, la actividad económica no puede prescindir de la gratuidad que fomenta y extiende la solidaridad y la responsabilidad por la justicia y el bien común, nunca será viable un desarrollo económico que enriquezca solo a unos pocos y mucho menos si se produce a costa de los demás “quien solo se preocupa de su interés no crece como persona”
el cardenal Peter Kodwo Appiah Turkson ofrece un diagnóstico económico e ideológico muy claro sobre las causas de la crisis financiera y llega a una conclusión evidente: el problema sólo puede ser resuelto a nivel global, por lo que es imprescindible comenzar a construir una «Autoridad política mundial». Sus propuestas se dirigen de modo inmediato al G20 de jefes de Estado y de Gobierno en Cannes el 3 y 4 de noviembre, pero van mucho más allá: quiere abrir un debate en todos los países, en las instituciones internacionales y en las universidades.
Aunque el Vaticano no quiere presentar un proyecto demasiado elaborado, sino abrir un debate, su documento propone mantener los mercados financieros libres pero disciplinados por un cuadro jurídico en el que incluye cuatro elementos: crear una «Banca Central Mundial», establecer un Impuesto sobre las transacciones financieras (Tobin tax), crear un Fondo mundial de recapitalización bancaria, y separar claramente las reglas de banca comercial y de banca de inversiones.
El documento propone superar el cuadro internacional «westfaliano» (surgido de la Paz de Westfalia en 1648) que dio lugar a los estados nacionales. El estado nacional sigue siendo un instrumento muy útil, pero es ineficaz frente a problemas globales, como se vio con la contaminación atmosférica hasta que surgieron los acuerdos de Kioto. Por otra parte, la creación de una sociedad civil global permite abordar ya la creación de un gobierno mundial, que no debe entenderse como enemigo de la democracia sino como garante de los derechos de todos en áreas que desbordan la capacidad de control de los estados nacionales. (tomado de autoridad pública mundial).
El debate está planteado, la economía lo requiere y las bunas relacione entre el capital y el hombre lo necesitan, en búsqueda de soluciones concretas a los problemas concretos que hoy tiene la humanidad.
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