Por: Redacción Internacional - El Extranews
Evergrande Group construyó un imperio inmobiliario sobre una montaña de deudas. Ahora, el gigante inmobiliario chino está en problemas, y se teme que pueda llevarse consigo a la economía mundial.
La incertidumbre alimentó una ola de ventas en el mercado esta semana y ha suscitado preocupaciones por una crisis similar a la desencadenada en 2008 por el colapso del banco de inversión estadounidense Lehman Brothers. Los expertos dicen que tales comparaciones son exageradas, sobre todo porque el gobierno chino ejerce un grado mucho mayor de control incluso sobre empresas privadas como Evergrande.
Pero la situación del desarrollador podría asestar un duro golpe a la segunda economía más grande del mundo, ya que Beijing enfrenta lo que puede ser uno de sus mayores incumplimientos.
Evergrande, con problemas de liquidez, ha vendido millones de apartamentos a la creciente clase media de China desde que fue fundada en 1996 por el multimillonario Xu Jiayin, de 62 años y una vez el hombre más rico de China. La compañía, con sede en el centro del sur de Shenzhen, dice que tiene más de 200.000 empleados, así como unos 1.300 proyectos en más de 280 ciudades chinas.
Durante años, el modelo funcionó.
Evergrande construyó una propiedad, la vendió mucho antes de su finalización a clientes chinos ansiosos por una nueva casa o un lugar seguro para invertir sus crecientes ingresos, y la compañía luego utilizó el dinero para construir más.
Con el negocio inmobiliario en auge, incluso se diversificó en parques temáticos, agua embotellada y propiedad de fútbol.
También acumuló una deuda de $ 300 mil millones, equivalente a alrededor del 2 por ciento del producto interno bruto de China, lo que la convierte en la desarrolladora más endeudada del mundo. Ahora, un mercado inmobiliario en desaceleración y los esfuerzos del gobernante Partido Comunista para rehacer la economía china han obligado a aceptar los problemas de Evergrande.
Las ventas han bajado. La construcción de algunos proyectos se ha detenido debido a retrasos en los pagos. Y las oficinas de la compañía en China han sido asediadas durante semanas por manifestantes enojados, muchos de ellos empleados, a quienes les preocupa no recuperar sus inversiones en propiedades y productos financieros de Evergrande.
Según los informes, Beijing está pidiendo a los funcionarios locales que se preparen para las consecuencias de un colapso total.
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